Todos los paises tienen sus leyendas urbanas, muchas veces parecerían ser la misma leyenda con algunos cambios. Hoy voy a postear una leyenda urbana de Uruguay, ya iré posteando más con el tiempo.
LA CAMINANTE ESPECTRAL.
Una noche fría y ventosa, cerca del cementerio del Buceo (algunas versiones mencionan otros lugares) un hombre vio mientras conducía en su auto a una muchacha joven y bonita al costado del camino.La chica hacía dedo, y aunque el hombre no tenía por costumbre levantar gente en la ciudad, parecía tan agradable y desamparada que decidió subirla al auto. Iniciaron una charla amena y descubrieron al instante una sintonía inmediata. Pasaron buena parte de la noche juntos y al terminar la velada el hombre la llevó a la casa donde la muchacha indicó que vivía. Al día siguiente, el protagonista de nuestra historia descubrió que la joven había olvidado su bufanda en el auto. Se dirigió hacia allí y golpeó la puerta de la casa que la joven había señalado. Una pareja mayor abrió la puerta, y cuando el hombre intentó explicar el motivo de su visita, preguntando por la chica, el matrimonio reaccionó violentamente. ¿Cómo se atrevía un desconocido a burlarse de la desgracia ajena? ¿Cómo podía hacerles afrontar el dolor de la pérdida?El hombre, que no entendía nada, intentó explicarse mejor y les mostró como prueba de su historia la bufanda. La pareja quedó helada, resolvió entonces hacerlo entrar a la casa y lo condujo a un cuarto. Allí, sobre una mesa, estaba el retrato de la joven que había levantado la velada anterior, abrigada por la misma bufanda que el hombre aferraba en sus manos. Sus padres le explicaron que la chica estaba muerta desde hace años y yacía enterrada en el cementerio cercano.
UN SUSTO DE MUERTE.
Cuenta la historia, ambientada a principios de siglo, que varios paisanos se hallaban tomando unas copas en un bar frente al Cementerio del Cerro. Bien entrada la noche, el alcohol ya había calentado los cuerpos y soltado las lenguas de unos cuantos, que envalentonados por la bebida espirituosa comenzaron a comparar su coraje y bravura. A uno de ellos, un poco más sobrio que los demás, se le ocurre lanzar a viva voz un desafío espeluznante, asegurando que ninguno se atreverá a realizarlo. La prueba consiste en pasar el resto de la noche sentado encima de una de las lápidas de cementerio, dejando como prueba su facón clavado allí.Uno de los paisanos, más valiente o más borracho que los demás, acepta el desafío y trepa –ayudado por los demás- las rejas del cementerio. Sus compinches acuerdan ir a esperarlo a la madrugada a las puertas del lugar.Llega la mañana y el hombre jamás aparece, por lo que los intrigados paisanos entran al cementerio a buscarlo. Lo encuentran muerto sobre una lápida, con el facón clavado sobre la misma junto a una esquina de su poncho. El hombre, al sentarse, había enterrado con su cuchillo sin darse cuenta un trozo de la tela. Cuando se quiso marchar sintió que alguien lo tironeaba de la ropa, y creyendo que un espectro reclamaba su cuerpo cayó al suelo fulminado por un ataque cardíaco, sin percatarse de que se trataba simplemente de su poncho enganchado por el cuchillo.
(Esta misma leyenda la he leído con chicos, no recuerdo exactamente el lugar, pero si no me equivoco era México)
domingo, enero 28, 2007
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